5 consejos para mantener el pavimento porcelánico como el primer día

Aprende cómo hacerlo con los mejores consejos y técnicas de limpieza para un hogar impecable.

Última edición: 18 de junio de 2025

Has invertido tiempo, ilusión y dinero en elegir ese suelo porcelánico perfecto que define el estilo de tu hogar. Ya sea un elegante porcelánico imitación mármol en el salón o un cálido suelo efecto madera en el dormitorio, el objetivo es el mismo: que luzca tan espectacular como el primer día. La buena noticia es que una de las mayores ventajas del gres porcelánico es su increíble resistencia y su bajo mantenimiento.

Sin embargo, "bajo mantenimiento" no significa "ningún mantenimiento". Un cuidado adecuado no solo garantiza que tu pavimento se mantenga impecable a nivel estético, sino que también alarga su vida útil y preserva sus propiedades técnicas intactas durante décadas.

En esta guía definitiva, te desvelamos 5 consejos profesionales para limpiar y mantener tu pavimento porcelánico. Desde la rutina de limpieza diaria hasta cómo actuar ante una mancha difícil o el cuidado específico de las juntas, aprenderás todo lo necesario para que tu suelo brille siempre como si acabaras de instalarlo.

1. La limpieza regular es tu mejor aliada

La clave para un suelo siempre perfecto es la constancia. Evitar que la suciedad se acumule es mucho más fácil que tener que enfrentarse a una limpieza profunda más adelante.

  • Paso 1: Elimina el polvo y la arenilla. Antes de fregar, es fundamental retirar las partículas sólidas. Usa una mopa suave, un cepillo de cerdas blandas o, idealmente, una aspiradora con un accesorio para suelos duros. ¿Por qué es tan importante? La arenilla y el polvo pueden actuar como un abrasivo al fregar, rayando sutilmente la superficie a largo plazo.
  • Paso 2: Fregado con los productos adecuados. Para la limpieza semanal, no necesitas productos agresivos. La mejor fórmula es la más simple: un cubo de agua tibia con un chorrito de limpiador de pH neutro. Evita a toda costa el amoniaco o la lejía para la limpieza regular, ya que pueden dejar residuos y apagar el brillo del esmalte con el tiempo. Utiliza una fregona bien escurrida para no dejar exceso de agua, especialmente en acabados pulidos.

2. Actúa rápido ante las manchas difíciles

Aunque el porcelánico es muy poco poroso, algunas sustancias pueden dejar manchas si no se tratan a tiempo. El secreto es actuar con rapidez.

  • Manchas comunes (café, vino, refrescos, grasa): Generalmente, se eliminan fácilmente con un paño húmedo y un limpiador desengrasante suave o el mismo producto de pH neutro que usas para fregar.
  • Manchas de tinta, rotulador o pintura: Humedece un paño con un poco de alcohol o acetona (quitaesmalte) y frota suavemente sobre la mancha. Aclara inmediatamente con abundante agua para que el disolvente no afecte a las juntas.
  • Restos de cal o cemento (limpieza fin de obra): Este es un caso especial. Nunca rasques con un objeto metálico. Utiliza un producto desincrustante o un limpiador específico para restos de obra, siempre siguiendo las instrucciones del fabricante y protegiendo las juntas.

3. No te olvides de las juntas

Un suelo limpio con juntas sucias nunca lucirá impecable. Las juntas, al ser porosas, tienden a acumular más suciedad y moho, especialmente en baños y cocinas.

  • Limpieza periódica: Para mantenerlas blancas, usa un cepillo de dientes viejo y una mezcla de bicarbonato de sodio con agua hasta formar una pasta. Aplícala, deja actuar unos minutos y frota suavemente.
  • Casos de moho o suciedad incrustada: En zonas húmedas, puedes usar un limpiador específico para juntas o una mezcla de agua con un poco de lejía (usando guantes y con buena ventilación). Cepilla suavemente y aclara muy bien.
  • Prevención: Después de la limpieza, asegúrate de que las juntas se sequen bien. Una buena ventilación en el baño es clave para prevenir la aparición de moho.

4. Protege tu suelo de arañazos y golpes

Aunque el gres porcelánico es extremadamente duro (uno de los materiales más resistentes del mercado), no es indestructible. La prevención es la mejor protección.

  • Fieltros en los muebles: Coloca protectores de fieltro en las patas de sillas, mesas y sofás. Es un gesto pequeño que evita el 99% de los arañazos causados por el arrastre de mobiliario.
  • Cuidado al mover objetos pesados: Al mover electrodomésticos o muebles muy pesados, no los arrastres directamente sobre el suelo. Utiliza mantas o plataformas con ruedas para desplazarlos.
  • Felpudos en las entradas: Colocar un felpudo en la entrada de casa retiene gran parte de la arena y las pequeñas piedras que traemos en los zapatos, los principales culpables de los microarañazos.
Entrada con suelo efecto brillo sin arañazos.

5. Renueva el estilo sin cambiar el suelo

A veces, la sensación de que un pavimento está "viejo" no se debe a su estado, sino a que la decoración que lo rodea ha quedado anticuada. Si tu suelo porcelánico está en buen estado, puedes darle un aire completamente nuevo sin obras.

  • Cambia el color de las paredes: Es la forma más rápida y económica de transformar un espacio. Un color nuevo puede hacer que tu suelo imitación madera parezca más cálido o que tu porcelánico efecto cemento se vea más luminoso.
  • Usa alfombras: Una alfombra grande puede redefinir por completo un salón o un dormitorio, aportando calidez y un nuevo foco de atención visual.
  • Actualiza la decoración: Cambiar los textiles (cojines, cortinas), renovar la iluminación o añadir plantas puede hacer que te vuelvas a enamorar de tu suelo. A veces, el problema no es el lienzo (tu pavimento), sino el cuadro que has pintado sobre él.

Un suelo para toda la vida, con el cuidado adecuado

Mantener tu pavimento porcelánico como el primer día es más una cuestión de hábitos sencillos y prevención que de esfuerzo. Con una limpieza regular, una actuación rápida ante las manchas y pequeños gestos de protección, te asegurarás de que tu inversión en calidad y diseño perdure intacta, luciendo espectacular año tras año.

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Preguntas frecuentes sobre limpieza de porcelánico

Para la limpieza regular, lo mejor es un limpiador con pH neutro diluido en agua tibia. Es eficaz para eliminar la suciedad diaria sin dañar el esmalte ni dejar residuos en la superficie del pavimento.

Una solución casera y efectiva es crear una pasta con bicarbonato de sodio y agua. Aplícala sobre las juntas, deja actuar unos minutos y frota con un cepillo pequeño. Para casos de moho, una mezcla de agua y lejía puede ser necesaria, siempre con buena ventilación.

Para la limpieza diaria, sí, es mejor evitarlos. Aunque el porcelánico es muy resistente, el uso continuado de productos muy agresivos como la lejía o el amoniaco puede apagar el brillo superficial y dañar las juntas. Es mejor reservarlos para manchas muy específicas o desinfecciones puntuales, siempre bien diluidos.

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